El pueblo fantasma

Aparezco de un salto en el tejado. Allí está Arkani. Me acerco a él mientras me rasco la barba, pensativo.
"¿Y bien?"

debemos seguir el plan ta y como te lo conté sonrio a willhem yo iré volando, tu en tu forme de lobo, cuando te de la señal entras en el campamento y me pongo en pie bueno ya sabes lo que tienes que hacer

Miro al horizonte: a lo lejos se ve una humareda gris, producto de algún fuego de campamento.
"Muy bien, en tal caso, iré acercándome para inspeccionar el terreno"
Me acerco al bordillo de la azotea y me tiro tranquilamente. Cuando caigo al suelo, ya no soy un mendigo pelirrojo, si no un lobo negro, con apariencia de perro viejo y destartalado. Mi pelaje sucio y mugriento contrasta con mi gran tamaño. Respirando pesadamente, y exalando mi aliento, visible en la brisa matutina, a cada respiración, comienzo a correr a toda velocidad hacia la base del enemigo.

me elvo en el aire y vigilo los pasos de willhem sin perder detalle alguno, avanzamos por la estapa durante unos pocos minutos, al fin dislombru el campamento enemigo, miles de tiendas se dispersan en el horizonte, y muchos más soldados patrullan entre ellas como hormigas, veo a Willhem acercarse, ya es la hora susurro y me detengo en el aire, extiendo mis brazos a ambos lados, mis alas se electrifican, el cielo se oscurece. La electricidad imbullen mis manos, uno mis manos y señalo a una d las muchas tiendas. acto seguido un trueno cayó sobre mi y salió disparado en la dirección marcada.

el trueno se esteyó con la tienda que ardió en el momento. ¡arqueros en posición! se oyó en el interior del campamento ¡soldados alerta!¡es un espia de camelot!¡derribadlo!

han caido pienso al ver el varullo todo queda en manos de willhem

Miro al cielo al oír un inmenso trueno. Allí, en lo alto, vislumbro la tenue figura de Arkani. Vuelvo a mirar al suelo, justo en el momento en que decenas de flechas surcan el aire. "Todavía no" pienso. Pasados unos segundos, veo como un pelotón de alabarderos sale del campamento, con la evidente intención de ir a por Arkani cuando este caiga "víctima" de las flechas. En ese momento, me fijo en un agujero en la valla del campamento, problalemente debido al relámpago que acaba de caer.

Corriendo a la máxima velocidad que me permiten mis cuatro patas, me cuelo por aquella grieta en las defensas.

Aunque el trueno sólo ha alcanzado una tienda, el fuego se ha extendido con rapidez, y aquí y allá, hay gente corriendo de arriba a abajo para intentar apagarlo y atender a los heridos. Haciendo alarde de la velocidad de mi parte animal, me escurro por entre las maderas ardientes y las tiendas destrozadas.

-¡Rápido, más agua!

Conforme oigo hablar al soldado, me interno en la primera tienda que veo...

veo las flechas volar en mi dirección, miles de ellas, comienzo a maniobrar en el aire con la intención de esquivar el mayor número de ellas, siento el resto de las saetas clavarse dolorosamente en mi cuerpo, pero no puedo caer, no debo caer. la misión me lo impide. miro rapidamente el campamento an tes de una segunda descarga son demasiados pienso al ver la cantidad de tropas nos doblan...no, nos triplican en número calculo con la vista.

¡segunda descarga! ¡no podemos dejarle escapar! al voz del superior se oyó claramente ¡fuego!

Willhem, date prisa

Parece que la suerte no deja de acompañarme.
A juzgar por los tapices y armas colgados en las paredes, y vista la calidad del mobiliario resulta evidente que aquella es la tienda del general, que por alguna extraña razón, no se encuentra presente en ese momento. Me acerco un escritorio cercano, apoyando mis patas delanteras en el tablero de madera. Allí hay una serie de cartas y mapas, cuyo contenido leo con velocidad sobrehumana. Es entonces cuando me fijo que en un mapa relamente grande, de toda la región, hay una zona señalada con tinta, y con una serie de anotaciones que, aunque breves, me son suficientes para averiguar su plan...

-¡Segunda descarga! oigo a lo lejos, gracias a mi oído de lobo... ¡Arkani!

Ya he acabado lo que he venido a hacer. Es hora de irse. Pero justo cuando me dipongo a salir, oigo algo en la puerta de la tienda.

-¡Tenemos que avisar al general! ¡Voy a entrar a informarle de este ataque!

¡no invecil, el general está en el bosque supervisando las máquinas de guerra! dijo un superior a un soldado antes de que este entrara en una tienda eso ma de una idea !traed la balistas¡ !ensartad a ese pajarraco¡

veo como los soldados se movilizan sin dejar de patrullar los aires y arrancando dolorosamente las flechas de mi cuerpo ¡dios! exclamo apretando los dientes al desclavar una de ellas. Con horror veo como los soldado disponen toda una treintena de balista con sus gruesos virotes. eso no será facil de regenerar digo metiendo algo de humor a el final que se me aproximaba.

¡fuego! los virotes volaron en dirección al demonio.

Por alguna razón, el soldado no entra en la tienda. ¿Y ese ruido? No puede ser... es algo pesado... ¿máquinas de guerra? Esto ya es demasiado... bueno, por suerte la confusión es suficiente como para que no se den cuenta de l oque voy a hacer.

Me dirigo al otro extremo de la tienda y agarro una de las antorchas con mi mandíbula. Después, asomo la cabeza por debajo de la tela de la tienda. Ahí están... por lo menos son treinta balistas. Tomando aire, y pidiendo a Dios que nadie me vea entre tantos soldados, salgo de la tienda corriendo como alma que lleva el diablo.
Los soldados están demasiado entretenidos mirando al cielo, y las ruedas de las balistas son tan gruesas que no hay menos de medio metro entre ellas y el suelo. Más que suficiente. Con toda mi agilidad y rapidez, me cuelo debajo de las balistas y, una una, comienzo a incendiarlas con la antorcha. Cuando los sodados perciben el fuego y el humo, ya es demasiado tarde, y yo ya me he escondido en otra tienda. Tras volver a asomarme, tomo la ruta más despoblada, y salgo del campamento, corriendo en dirección al pueblo fantasma mientras oigo gritos de rabia a mis espaldas y rezo porque Arkani esté bien.

veo las blistas arder pero eso no impide la primera descarga, observo los virotes en su vuelo destructor, comienzo a bailar con ellos, los siento rozando mi cuerpo pero sin llegar a impactarme plenamente, bajo la guardia al verme capaz de esquivarlos, gran error, siento un intenso dolor en mi vientre, uno me alcanzó de pleno mierd... mis alas apenas respondieron y caí en picado en dirección a la estapa, por la cual willhem corría como alma que lleva el diablo. Sonreí al ver que al menos parte de la misión seria un exito. me estreyé fuertemente contra una roca partiendome una de las alas. tosí, un hilillo de sangre brotó de mi boca, miré al cielo. y ahora esperar a que lleguen digo pensando en el enemigo que se aproximaba.

"¡¡Arkani!!" exclamo, aullo con todas mis fuerzas al verle caer. Miro a mis espaldas mientras corro, temiendo que el pelotón de soldadas con alabardas venga detrás mía, con la intención de rematar al demonio. Pero no lo hacen. Al parecer, para ellos es más importante salvar lo que puedan sus preciosas balistas. Comienzan a reagruparse, al ver que el ataque ha sido más devastador para ellos que para el demonio, y que es más inteligente mantener la posición. Buena suerte otra vez, después de todo...

Finalmente, llego hasta dónde está mi maltrecho compañero. El suyo es un cuerpo grande y pesado, pero no importa, a pesar de mi aspecto puedo llevarlo, no en vano fui antaño el conocido Sombra de Lobo. Tras agarrarle del brazo con mis colmillos, me lo echo a las espaldas.

"Disculpame amigo, pero voy a tener que arrastrarte un poco. Discúlpame"
Dicho esto, reemprendo la marcha, de regreso a Camelot, antes de que al enemigo se le acabe la piedad.

mi ojos se entrecierran ¡no! pienso resistiéndome aun no han venido pero no puedo aguantar más y pierdo el conocimiento

caminamos en silencio por la ruinosa ciudad, así que te gusta Marion finalmente no pude evitar preguntar

reí a carcajadas veo que te gusta mucho el calor de otras personas mostre mi peculiar sonrisa

¿quien dice que lo sea? miro el horizonte, yo no desde luego comtemplo las columnas de humo en la lejanía, el enemigo estaba cada vez más cerca pero este nuevo blanco, sera todo un reto sonrio buevamente hablo de Marion

niego con la cabeza te rindes demasiado pronto cojo sus manos para darle animos son en retos dificiles como este donde uno se divierte más ¿no crees? la suelto y sonrío y cuando al fin lo logras, más realizado te sientes

veo que ya estas mas calmada continuo caminando puedes quemar a alguien cuando te alteras tanto le digo de forma divertida

silbé tendré que ser cuidadoso dije con ironía no me gustaría salir ardiendo

dime la mire con mi característica sonrisa en la cara puesto que no podrá ser con Marion ¿tienes algún suplente? reí levemente