La taberna ``El poney pisador´´

Una taberna bastante tranquila en mitad del pueblo donde uno lo pasa bien con los amigos, bebiendo y disfrutando de la musica y de la buena comida

Entro en una taberna cuyo rótulo me resulta gracioso.
Nada más entrar, me fijo en que los presentes me observan con curiosidad y recelo. Como es habitual en mí, ignoro sus miradas y me dirigo a una mesa situada en el rincón más ocuro de la taberna. Me quito la capa y la dejo en el banco, a mi lado. Apoyo mi codo sobre la mesa, y espero pacientemente a que se acerque el posadero, mientras observo a los presentes sin que se den cuenta, esperando encontrar lo que busco.

Regreso a Camelot tras unos días de ausencia, en los que me encontraba ayudando a Vincent. A pesar de mi negativa inicial, el general ha insistido en que me tome unos días de descanso.
Buscando a Arkani, acabo frente a una taberna a la que no había entrado todavía.
"Bueno, veamos si su vino es tan bueno como el de la ciudad fantasma" pienso, atravesando el umbral.
Me aproximo a la barra y pido una copa. Mientras espero a que me la sirvan, no puedo evitar fijarme en un inmenso caballero sentado tranquilamente en un rincón. El caballero percibe que le estoy mirando, pero no se inmuta. Se limita a mirarme él también.
Me doy la vuelta y cojo mi copa, preguntándome de quién puede tratarse...

Oservo como entra un mendigo a la taberna, y pide una copa. El hombre se gira un momento y me mira. No, esos no son los ojos de un mendigo... ¿O sí? Hay algo interesante en ellos, pero no acaban de gustarme, no sé porqué. Permanezco sentado, examinándole en silencio.

Le doy un sorbo a mi copa.... Sinceramente prefiero el otro vino, pero ya que he pagado este, me lo beberé. Me siento en un taburete, y reflexiono.

Sigo pendiente del hombre. Me da la impresión de que sabe que le estoy observando, pero mantengo mi postura. Tengo curiosidad por saber cómo reacciona.

Termino mi copa más rápido que de costumbre, y me doy la vuelta sobre el taburete. ¿Qué estará haciendo Arkani? Me gustaría hablar con él...
Vuelvo a mirar al sombrío rincón. El caballero sigue ahí. Le saludo amablemente con la mano.
"Buenas tardes" digo.

Me extraño un poco de que me saluden de semejante forma. Me limito a hacer un gesto con la cabeza. Inmediatamente después, entra otro personaje curioso en la taberna. Ese porte... lo conozco. Le observo con detenimiento y en silencio.

Veo entrar una cara conocida al fin, aunque preferiría que fuera otro sinceramente...
"Buenas tardes, Axel, no esperaba encontrarte" digo intentando ser cortés. "No obstante, tengo cosas que hacer. Si me disculpas..." me levanto y salgo de la taberna, no sin antes echar un último vistazo al extraño caballero.

De modo que se conocen... interesante. Veo que el mendigo se va nada más compartir unas palabras un tanto agrias con el que acaba de llegar. Me levanto de la mesa y, cogiendo mi capa, me acerco a la barra y me siento en el taburete que antes ocupaba el llamado Wilhelm, fingiendo impaciencia ante la ineptitud del tabernero que aún no me ha antendido.

Le señalo al tabernero una botella de la estantería para que me llene un vaso.
"No sabes cuánto..."contesto. "No te cae muy bien ese licántropo, ¿me equivoco?" comento en tono neutro.

"¿Superior a él?" pregunto, al tiempo que el tabernero me sirve mi bebida.

"Muy cierto, ¿qué caballero no se presenta antes de preguntar...? Mi nombre es Gawain."digo, inclinando levemente la cabeza
"Es un placer conocerte. Y tienes razón no soy de aquí..."
Observo con interés y curiosidad al joven, y me fijo en el inusual color de sus ojos: sabía que conocía ese aire al estar y hablar...

Le devuelve la inclinación, haciendo una ligera reverencia con la cabeza y da un nuevo trago a su bebida.

-Yo soy Axel, un placer...-Dice girando su cuerpo sobre el taburete hacia él y dejando un codo apoyado sobre la barra- Y, si se puede saber, ¿Qué os ha hecho hacer un viaje tan largo para venir a esta marivollosa y fantástica ciudad?- Dice sarcásticamente y rueda los ojos.

FDR: Sorry, estaba comiendo

"He venido... a imponer el orden." Afirmo serio y con una seguridad aplastante. No obstante, le quito importancia cambiando de tema.
"¿Quién era ese joven de antes?" pregunto.

"Hombres lobo liderando un ejército... interesante" Sonrío para mis adentros al ver el evidente desprecio que siente hacia el general. Tendré que presentarle mis respetos. Me levanto ligeramente la visera, lo suficiente para poder beber, pero de forma que sigo sin mostrar mi rostro, y le doy un sorbo a mi vaso.
"En lo que a mi propósito respecta, sabrás de mis medios muy pronto. Pero como tú mismo has puntualizado, alguien de mi... estatura-bromeo-bueno, sería difícil que lograse nada por sí sólo. De hecho, nadie puede hacer nada por sus propias fuerzas.
Te seré sincero: estoy buscando a, ¿cómo podríamos llamarlo...? Digamos que a un escudero, alguien que pueda ayudarme."

"No estoy interesado en "aventuras"..." digo, pronunciando la última palabra con remarcada ironía.
"Estoy buscando a alguien que posea la fuerza de voluntad y la determinación para perseguir un objetivo hasta el final, al margen de cualquier idea o ley que puedan tener los demás." Hago una pausa, dejando que Axel piense en lo que acabo de decir.
"Dime... ¿porqué andas por ahí con esa apariencia tan simple?" pregunto, esperando que sé de cuenta por sí mismo de a qué me refiero.